La economía del futuro se comporta como una economía digital y sostenible. La pandemia de COVID-19 ha acelerado la digitalización y ha demostrado la necesidad de mantener una relación sana con el medio ambiente. Algunos sectores son especialmente vulnerables, también lo son, como las plataformas de streaming y el comercio online, vinculados a la digitalización, se ven visiblemente reforzados.

Los sectores que tradicionalmente conducen a la impulsividad del PIB han quedado desbancarizados en el medio por nuevos sectores en Europa. La economía global viola una realidad de largo plazo y es la consecuencia de todas nuestras obligaciones con la interrelación natural de la economía. Los bancos centrales de las economías más importantes del mundo han aumentado su participación en los intereses al mantener la alta inflación que ha sido desatada a nivel mundial.

Las economías más grandes del mundo tienden a dedicar importantes recursos a proteger y proteger sus propias economías. La economía del futuro se centrará en la inteligencia artificial, la realidad aumentada y virtual, la tecnología 5G, la telepresencia holográfica 3D, el comercio electrónico y la innovación, el progreso y la sostenibilidad. Los líderes europeos evitaron una recesión invernal en el período 2022-2023, aunque la producción económica aumentó un 0,3% en los primeros meses de este año.

Los líderes políticos y los expertos europeos se preocupan de si podrán realizar los objetivos de la política económica, si los países aprenden a vivir sin los medios, y ya a centrarse en montones de crecimiento insostenible. La economía del futuro también se centrará en reducir la caída, en términos de crecimiento del PIB. En resumen, la economía del futuro estará impulsada por la digitalización, la sostenibilidad, la innovación y la reducción del diseño.